29.1.12

Y empieza (para mi) el 2012!

Ya han pasado más de 10 meses desde mi último escrito (no me atrevo a decir publicación porque es una palabra que le queda grande a este blog. Lo repito, lo conocen 3 personas a lo mucho). Por estos días me he llenado de unas exageradas ganas de escribir, y es hasta hoy que me atrevo a hacerlo.
Los últimos 2 meses de mi vida se han resumido en una simple y sencilla palabra acostumbrada por muchos a describir como días de reflexión, yo lo llamo "invierno sentimental". Un invierno en pleno verano, lleno de rayos ultravioleta, balnearios y discotecas sureñas llenas de gente y sonrisas, de amor y tragos (peligrosa combinación). Mi invierno sentimental está sujeto a diferentes motivos: Perdí mi trabajo (en realidad lo dejé yo a él) y con él mi equilibrio monetario, el que era mi novio, él hombre mayor y maduro que creí conocer resultó ser un semejante womanizer, llegaron las vacaciones en la universidad y con ellas perdí la compañía de los que me hacían reir a diario. O sea, reduje mi vida... a mi.
Estar conmigo misma y mis angustias han servido de mucho en estos meses, puedo tener una visión mucho más clara de las cosas, ya no las veo desde la óptica de los demás (incluso de los que tenían razón), ya no deseo ponerme en los zapatos de nadie (de él) y excusar comportamientos ajenos para mi beneficio. Mi panorama ahora está mucho más limpio, le compré anteojos a mis sentimientos. La última semana he estado pensando demasiado en el año que pasó, el 2011 trajo consigo muchos dolores de cabeza y llantos extremos.
Anoche, mientras bebía y escuchaba a la orquesta que se presentó en la discoteca a la que asistí, conversaba conmigo misma y pensaba sobre ese 2011 e iba cayendo en la cuenta de cómo es que habían pasado esos meses y cómo, con el paso de ellos, me había entregado al placer del dolor, la angustia y la desesperación. Jamás me habían explicado que de eso se trataba el amor, más bien siempre inferí que de eso se trataba el desamor, antes lo había sentido y era porque un amor se me iba de las manos. Un nuevo amor había llegado a mi y en el momento que ya lo tenía, cuando se avizoraba como el más fuerte y robusto de todos los amores, quería desaparecerlo (Al parecer existe una fuerza interna que te avisa lo que se viene).
Mi invierno sentimental trajo consigo cambios en mi reloj biológico, el día amanecía para mi a las 10:30 am. (ni un minutos más ni un minuto menos) y me echaba a la cama a las 2:00 am. Digo me echaba porque es recien a las 3:00 am que morfeo abre sus brazos para mi. Como de costumbre a las 2 de la mañana cojo mis audifonos y mi pequeño celular para escuchar música. Ritmo Romántica es la estación que está por default, prefiero no cambiarlo, me gusta escuchar algo calmado para dormir (aunque de romanticismos se trate). La verdad es que, prefiero escuchar "baladitas" en beneficio de la terapia que me he impuesto: Escuchar y ver la mayor cantidad de escenas románticas hasta volverme inmune a ellas y evitar afecciones emotivo-pasionales.
En este proceso de modificación de sentimientos y emociones, llevo golpeandome con gran cantidad de muros disfrazados de recuerdos y caigo algunas veces en remembranzas y añoranzas estúpidas (todos hemos pasado por eso). A veces me quedo pensando largo rato en cuántas veces hice oidos sordos a mis propios pensamientos y cuántas veces saqué la venda negra del cajón para ponérmela en los ojos. Puedo quedarme horas intentado defenderme de mis propios ataques y resondrones por haber invertido mi tiempo y dinero en realidades falsas, por no haberme quedado con mi familia a compatir más (aunque igual siempre prefiero evitar salidas familiares, pero ese es otro tema).
La culpabilidad muchas veces me ataca y siento ahogarme de tanto que me aprieta el pecho, el mea culpa puede resultar un arma muy afilada. Es cierto, podemos analizar nuestros virus internos y de a pocos eliminarlos descifrando esos puntos flacos que nos hacían actuar de manera errada, es cierto, el corazón y el alma pueden darse ese respiro y atribuir limpieza cuando decimos haber comprendido el punto y que no volveremos a hacerlo, pero además de ello, no se puede negar ni evitar ese dolorcito jodido jodido de culpabilidad irremediable, esa aspereza en la garganta, ese nudo de boy scout que no deja tragar saliba, esa contracción de músculos que te hacen pensar: Mierda!.
...Y así, así se pasa mi invierno sentimental, intentando poner frío el pecho, aunque éste se resista (convertirme en "pechofrío" como dice mi viejo), comprando cientos de curitas para parchar heridas y dejando de a pocos recuerditos baratos que me salieron bastante caros. Roma no se construyó en un día, los recuerdos nos son fotitos que se pueden borrar presionando delete, no puedo ponerle ctrl + Z a mi vida y restroceder 12 meses por que sí.
De esta manera empiezo mi 2012. Hoy. Porque quiero, porque así lo decidí, hoy empiezo a escribir otra vez y me alecciono desprendiéndome, en escritos, de mis quejas internas.
"Ay! Grecia, en la vida no todo es amor y felicidad, de eso se trata el paraíso y esto es la tierra, así que písala y aguántate". En eso estoy.

[Aquí un clásico del rock peruano. Me recuerda mucho a mi]

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